El corrector revisa, no reescribe.
Hace poco me tocó revisar un texto horroroso. No por el contenido (yo ahí no entro), sino por la forma en que estaba escrito: faltaban la mayoría de las tildes del texto, las frases eran un caos, la puntuación brillaba por su ausencia y, por si fuera poco, había tal exceso de errores ortográficos que tuve que invertir un montón de horas en pulirlo y adecentarlo.
Como correctora, entiendo que uno no tiene por qué conocer al dedillo toda la normativa ortográfica, gramatical, etc., ¡faltaría más! Pero ¡ostras!, ¡un poquito de por favor!
No podemos mandar un texto a una editorial con la intención de que nos lo publiquen sin un mínimo de buena ortografía. No hace falta escribir como Cervantes, pero, al menos, que el texto no contenga errores garrafales.
Pueden faltar tildes, ¡claro que sí! Pueden colarse cosas, no pasa nada. Eso es normal, y para algo existen los correctores. Pero lo que no puede ser es mandar un texto completamente incomprensible con la intención de que «el corrector ya lo arreglará».
No señor, el corrector revisa, no reescribe.
Si lo que el autor necesita es una reescritura del texto, ¡no hay problema, puede hacerse! Pero, evidentemente, no costará lo mismo, porque las horas invertidas tampoco serán las mismas.
Así que, si tienes la intención de mandar un texto a una editorial, o autopublicarte, antes que nada cuenta con un corrector que valore la ortografía y estilo de tu texto. Cuesta un dinero, sí, pero a mayor calidad, mayores posibilidades de que tu trabajo salga finalmente a la luz y brille por sus propios méritos.
En Producción Editorial y en Noubooks llevamos años ayudando a autores a ver sus libros publicados, orientándolos en todo el proceso y ofreciéndoles todos los recursos de los que disponemos: asesoría, revisión de textos, maquetación, impresión, distribución… todo lo que necesites para llevar tu idea a término. Confía en nosotros: llevamos la tinta en la sangre.
Laura Perez Recasens
Editora en Producción Editorial y Noubooks.
