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Las librerías de lo viejo.


Buenos Aires es la ciudad de las librerías, y doy fe de ello. En las diferentes ocasiones en las que he tenido el privilegio de visitar esta magnifica ciudad, no me he podido resistir a la tentación de visitar librerías y de comprar libros, y me consta que no soy el único, es lo que tenemos los amantes de los libros, que tenemos muy poca fuerza de voluntad cuando entramos a una librería, caemos sin remedio ante la tentación.

 

En los últimos meses varios medios se han hecho eco de que en BA es la ciudad con más librerías del mundo, y cuando paseas por sus calles te das cuenta de que si no es verdad, faltará muy poco. Además he de añadir que no solo hay muchas librerías, sino que las hay de muy diferentes estilos, y las librerías de ocasión o segunda mano, las llamadas “librerías de viejo” son posiblemente las más numerosas.

 

La Calle Corrientes está llena de estas librerías, y aunque estas son de las más conocidas, las librerías de viejo están repartidas por toda la ciudad.

Librería de lo viejo en Buenos Aires

Esta cuestión nos debe llevar por lo menos a dos conclusiones rápidas.

 

  1. Hay vida más allá de las novedades.

En un modelo de negocio en el que las devoluciones están siendo compensadas por la producción de novedades, muchos libros mueren antes de que el público haya tenido tiempo de conocerlos, y descubrir y conocer como funcionan estos mercados alternativos está dando la vida a muchos títulos y autores. Porque no solo encontramos libros usados en estos puntos de venta, también encontramos multitud de libros que han pasado en un tiempo record de la mesa de novedades (en el mejor de los casos) a la estantería, de allí al almacén y por último a estas librerías, que es donde tienen el ansiado encuentro con el lector.

Muchas editoriales ya incluyen este modelo dentro de sus canales y le asignan una cantidad de ingresos que, gracias a la experiencia y a ser conscientes de la realidad, cada vez es más interesante.

Librería Eterna Cadencia, Barrio de Palermo, Buenos Aires.

 

Eterna Cadencia.

 

  1. Hay una demanda enorme para libros económicos.

Por otra parte tenemos que ser consciente que muchísimos lectores jamás van a una librería como Ateneo o Cúspide (en el caso de Argentina), o la Casa del Libro, y es que no pueden (o no quieren) permitirse pagar el precio que las editoriales han puesto a sus publicaciones.

Pensemos por un momento que si no hubiera una altísima demanda de libros de “viejo”, no habría tal cantidad de librerías con este target. La demanda es la crea la oferta, y viceversa, por eso afirmaba hace un momento que tenemos que prestar atención a una gran cantidad de lectores que, o no pueden o no quieren pagar el precio de las novedades el día que salen a la venta, y que prefieren esperar a encontrar esa obra en las librerías alternativas, donde saben que lo encontrarán por un precio muchísimo más reducido.

Yo me encuentro, en muchas ocasiones, en este grupo que no está dispuesto a pagar por ciertas novedades el precio que tienen en el momento en el que salen a la venta. Hay diferentes motivos que me llevan a esta conclusión y comparto estos con muchísimos lectores más. Me puedo esperar porque tengo mucho que leer, no es un tema al que no pueda resistir la necesidad de tenerlo aquí y ahora, el precio comparado con el contenido y la calidad de la edición me echan para atrás… Etc.

 

Como editor soy consciente que muchos de nuestros lectores tendrán esos mismos motivos para retrasar la compra de nuestros libros y esperar hasta que estemos en los circuitos alternativos, lo que me lleva a pensar en si nuestros precios son los adecuados para nuestros lectores, si nuestro target aprecia todo lo que hacemos y el coste que eso tiene, si vale la pena pagar por nuestra publicación lo que estamos pidiendo.

Librería El Ateneo, Buenos Aires.

 

Librería El Ateneo, Buenos Aires.

 

En definitiva, que en cada viaje tenemos mucho que aprender, y tenemos mucho que aprender de todo lo que sucede alrededor de nuestra industria en cualquier parte del mundo.

 

Feliz día